LA GRANDIOSA SOMBRA DE SÓCRATES
En el año 399 a.C. el filósofo Sócrates daba una lección al mundo al morir por sus ideas. En la actualidad, matar por las ideas se ha convertido en algo habitual. Hay algunas figuras que han pasado a la historia y se han hecho míticas por morir por sus ideas. Pero casi nadie, cuando se habla de libertad y democracia, se acuerda del hombre que dio toda una lección de integridad y valentía, al ingerir la cicuta que le había preparado el estado ”democrático” griego, como castigo por sublevar a los jóvenes y por no renunciar a sus principios delante del tribunal que lo juzgo. Lo cierto es que Sócrates era un personaje molesto para el poder imperante en la democracia griega. Y lo era, básicamente, porque enseñaba a la gente, y sobre todo a los jóvenes, a reflexionar, a pensar, a tener conciencia de sí mismos y de sus actos; a cuestionar las reglas impuestas a los ciudadanos. Sócrates era, en definitiva, un hombre que amaba la libertad por encima de cualquier otro interés. Por eso su