CONOCI A UN SER LLAMADO HOMBRE
Conocí a un ser llamado hombre; arcaico y primitivo, poblaba la tierra. Rodeado de plantas y animales, creyó ser rey indiscutible del vergel que disfrutaba. Conocí a un ser llamado hombre; sexual e instintivo, inconceptual, ajeno al tiempo y sus variantes; sabedor de los ciclos lunares. El cielo era generoso y las aguas cristalinas, mientras, el hombre conocido, calmaba su sed en ellas. La tierra sabia insinuaba sus frutos, mientras, el hombre conocido, libaba su savia. El hombre que conocí era único, real, intransferible; lloraba y reía acompasadamente al ritmo de la música estelar. Hoy, el hombre que conocí, es una tediosa caricatura, espejismo dudoso e incongruente de la cerrada realidad. Estático reposa en la empañada vitrina de lo que pudo haber sido y no fue. Llora y ríe, pero ya nadie le escucha. Conocí a un ser llamado hombre que, a fuerza de disimular su imagen, perdió identidad y crédito. Hoy es un rey con corona de