LA AUSENCIA
Sonará la campana con esa calma
enigmática que suspende el tiempo y anuncia el triste duelo. Por unos instantes
algunas personas dedicarán unos segundos a pensar en el desaparecido. Alrededor
del féretro se agolparán los llamados seres queridos. Después, el ruido de la
madera siendo arrastrada al interior del nicho. Una vida entera de
proyectos e ilusiones quedará cerrada en apenas una jornada. La vida de
aquellos que compartieron con el ausente risas y llantos, volverá, más o menos
veloz, a la rutina del mundo de los vivos. Aquellas cosas que, en vida del
ausente, fueron para su uso y disfrute, pasarán paulatinamente a otras manos y
otros modos de contemplarlas, entenderlas y sentirlas. Así de simple se escribe
la historia de los hombres; como un renglón apenas perceptible en el libro del
tiempo, como una leve brisa que se diluye al correr de los años en un horizonte
incierto y frío.
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