DEL HOY Y EL AYER VIII
DESENGAÑO
A qué hora cruenta golpeaste en mi puerta,
favorito del tiempo, Desengaño.
Desde que tú llegaste,
las horas se suceden y amontonan
en los rincones más toscos de mi alma.
La vida es una almadía que nos lleva
por inquietantes mares y, al paso de los
días,
va perdiendo sus troncos, desgastados
en su largo periplo hacia la nada.
Hoy veo sobre las aguas mansas
flotar las flores marchitas que arranqué
cuando aún la primavera era mía.
Todo se fue, todo se diluyó; y,
ya nadie escucha mi quebrada voz
cuando grito al paso de los veleros
que navegan hacia ninguna parte.
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