NAUFRAGIOS
El tiempo juega insistente con las horas. Imposible evitar el lento
desvanecimiento de todo lo bello. Extendemos las manos en silencio, en un
intento vano de atrapar los instantes idílicos que alimentan el alma y dan
placidez a nuestra vida. ¿Quién dice que la poesía es triste? Todo tiene el
color de los ojos que contemplan, el sonido de los oídos que escuchan, el sabor
de los labios que besan. En algún lugar, donde aún juega el niño que fuimos, donde
aún sueña el joven que fuimos; en algún lugar que es referente en nuestros
sueños más intensos, late el corazón de un despertar radiante junto al inmenso
mar que siembra con su espuma la arena de una playa a la que hemos llegado
todos aquellos que alguna vez naufragamos, pero pudimos salvarnos y contarlo.
Precioso. GRACIAS :-)
ResponderEliminarGracias, Ana.
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