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Mostrando entradas de septiembre, 2011

VOLVER A PARÍS – I - MONTMARTRE

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Para encontrar Montmartre libre de turistas y poder aún captar la esencia de lo que fue en otro tiempo este lugar, nada mejor que una inestable mañana de mediados de septiembre con un cielo amenazante de nubes desplazadas por el viento. Las calles desiertas emanan toda la historia que alberga esta colina. Estrechas y empedradas, han sido testigos silentes del surgimiento del impresionismo, las batallas de la Guerra Franco-Prusiana, las revueltas de la Comuna y, sobre todo, de la bohemia parisina del siglo XIX.   En lo alto de esta colina, situada a 130 metros de altura, parece ser que fue decapitado en el año 272 el entonces obispo de París, San Denis. De ahí lo de “Monte del mártir”, que sería una cristianización de topónimo Mons Martis (Monte de Marte) Hasta el año 1860, en que entró a formar parte de la ciudad de París, Montmarte fue una antigua comuna francesa del departamento del Sena. Foto Julio Mariñas Un café crème y un croissant en la Place du tertre ayuda a aceptar

SOLITARIAS CALLES DE MONTMARTRE

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    Amanece en París. El viento sopla sobre la ciudad y un cielo amenazante se abate sobre el viejo barrio donde la bohemia tuvo su refugio. Las calles están solitarias. Recuerdo al personaje de mi novela “Cuando el lobo aparece”. Ese hombre que recorría las calles de París i ntentando escapar de una maldición, intentado escapar de su propio destino. Eso es lo que todos hacemos un poco, intentar eludir la certeza de un final que tarde o temprano sabemos llegará. Recuerdo, desde estás escaleras que suben al Sacre Coeur, a los seres querido desaparecidos. París se abre ante mis ojos. Aunque el día esta gris, siempre acaba saliendo el s ol y rompiendo sus rayos contra las aguas del Sena para inundar toda la ciudad de vida. Tal vez sea uno de los motivos por los que quiero a esta ciudad. Aquí puede uno abstraerse de la cruda realidad, de todo lo perdido y lo añorado. No me siento menos importante que el rico que pasea las calles, ni más importante

OMAHA – LAS AGUAS DE OTROS TIEMPOS

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Foto Julio Mariñas     El día está gris y amenazante. Las arenas de Omaha tienen un color tostado que inspira cierta calidez. Toda la sangre derrama en sus arenas nos habla de un tiempo en que Europa se convulsionaba. ¡Cuántas historias de amor sin desvelar, cuántas truncadas por la guerra! ¡Cuanta esperanza alberga el ser humano en los momentos más adversos! En la ciudad de Bayeux tuve la oportunidad de ver algunos de los pocos veteranos de guerra que aún viven. Son el testimonio de la lucha por la libertad y los sueños. Es lo único que las armas no pueden arrebatar; la capacidad de soñar; de creer que existe siempre una luz en la más profunda oscuridad de la sinrazón humana. La playa esta limpia en este día gris. Un monumento en la arena, nos recuerda lo que pasó. El alma de todos aquellos que murieron aquí parece flotar en cada ola que besa la playa de Omaha. Comienza a llover con más intensidad. Abandono el lugar con los restos de la arena

SEPTIEMBRE EN LA PLAYA DE OMAHA

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Foto de Julio Mariñas      El día esta lluvioso en la playa de Omaha. El viento acaricia mi rostro y flota en el ambiente una sensación de solemnidad. Estoy en el lugar que probablemente cambió la historia del pasado siglo XX. El 6 de junio de 1944 comenzó el desembarco de Normandía, y con él, el inicio de la liberación que concluiría en París. Pero antes, la playa de Omaha fue escenario de una de las más cruentas batallas de la 2ª Guerra Mundial. Con sus 8 km de longitud, se extiende desde el este de Sainte-Honorine-des-Pertes hasta el oeste de Vierville- sur-Mer. Fue la más difícil de ocupar. Aquí murieron 6.000 estadounidenses y 15.000 fueron heridos. Finalmente, los soldados pudieron atravesar la playa y con dinamita destruyeron las fortificaciones. Hoy, las costas de Normandía guardan el recuerdo de todos aquellos, jóvenes en su mayoría, que murieron por la libertad. Cuando aún el mundo creía en esa palabra. Pero eso fue hace mucho tiempo.

FRANÇOIS TRUFFAUT – LOS DULCES SUEÑOS Y LA CRUDA REALIDAD (PARTE IV)

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       En esta ocasión, el cineasta elabora su película desarrollando la novela de Ray Bradbury   “Fahrenheit 451”; mostrándonos un film de gran contenido que, con la facilidad que caracteriza a las películas de Truffaut, se va haciendo más profundo a medida que avanza en su argumento. La sociedad que Bradbury escribió y se nos muestra, es casi inofensiva si la comparamos a la actual. En “Fahrenheit 451” todo es simple. El poder establecido domina a las gentes mediante la televisión, que es el altar de sus hogares, y las pastillas como remedio a todos los males que puedan surgir. Es fácil apreciar de inmediato que la sociedad actual, aunque envuelta en un halo de hipocresía, se asemeja mucho a la plasmada en la película. La televisión, mediante los informativos y los programas banales en los que el público participa activamente, marca las pautas, las modas y los personajes a seguir como modelos. La medicina preventiva, en algunos casos practicada de forma extrema, pone la venda ant

FRANÇOIS TRUFFAUT – LOS DULCES SUEÑOS Y LA CRUDA REALIDAD (PARTE III)

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Unos segundos son suficientes para cambiar la vida de un ser humano. En la cuarta película de Truffaut,   “La peau douce”, la suerte del protagonista se juega en dos breves lapsus de tiempo. Uno al principio y otro al final de la película. Si Pierre Lachenay, interpretado por Jean Desailly, hubiese perdido el avión que lo llevaba a Lisboa para dar una conferencia sobre Balzac –escritor tan querido por Truffaut-, probablemente nunca su mirada se hubiese cruzado con la de Nicole, interpretada por   Françoise Dorléac – actriz que fallecería en plena juventud en un accidente de tráfico, poco después de interpretar con su hermana   Catherine Deneuve, “Las señoritas de Rochefort”-, y él, no habría traicionado a su mujer. Tan frágil es el destino en la vida de un hombre, que una cabina de teléfono ocupada en el restaurante al que Pierre suele ir habitualmente, le impide hablar con su mujer; desencadenando el fatal desenlace. Truffaut juega con los tiempos, abre y cierra el ciclo de la pel