UN VIAJE AL MAR INTERIOR - Un blog de Julio Mariñas

 

 

 

 

 

  Busqué el rostro difuso de tu sombra arrastrada por las calles antiguas de un otoño lejano.   La lluvia en mis cabellos largos y revueltos, salvajes como yo; joven loco de amor. La noche iba meciendo mis pasos descuidados, mientras pensaba en ti y en tu ausencia sonora.   Cómo no recordarnos tan salvajes, tan locos, amándonos y, al tiempo, amados por la vida.   Han pasado los años; inviernos fríos, constantes, marcaron en mi rostro las huellas de las horas. Pero, a veces –qué extraño-, vuelve a mi pensamiento el rastro de tu sombra y las calles mojadas.   Pasa como un suspiro; deja un leve matiz de pena en mi interior, y se pierde en la noche. --------     ©Julio Mariñas Compositor y escritor  

  Ella se murió como mueren las flores. Ella murió dentro, muy dentro de mí; Y su cuerpo lívido flotaba en las aguas hechas con los sueños de lluvia de abril.   Las aves ya ciegas a nuestros tormentos siguieron cantando bajo mi balcón; Y el viento en los sauces cercanos al río susurró lejanos poemas de amor.   Qué sueños armamos, almas entregadas, qué oscuros rincones de amor y placer recorrimos juntos en las madrugadas, hasta la luz mansa del amanecer.   Ella murió en mí y, como un velero que en triste deriva rinde su timón, quedé en un mar de sombras inciertas donde se apagaba mi última ilusión.   -------------   ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  A cualquier hora; En   un día radiante de luz; Durante una noche oscura; Cuando llegue el otoño; Al despuntar la primavera; En cualquier lugar; A la sombra de los altos edificios; Por las calles desnudas; Entre una bulliciosa multitud; En la soledad de la solitaria habitación.   Llegará; Siempre llega. Con su fría guadaña de única verdad. Y mientras… La Vida.   --------     ©Julio Mariñas Compositor y escritor  

  ¿Cuántos amaneceres tiene que contemplar un hombre para entender que siempre algo nace?   ¿Cuántos ocasos tiene que ver un hombre para entender que siempre algo muere?   ¿Cuántos mares tiene que admirar un hombre para entender que la vida siempre bulle ajena a él?   ¿Cuántas veces tiene que perderse un hombre para saber que no hay más meta que morir?   ---------------   ©Julio Mariñas Compositor y escritor

     Muchas personas, grupos y líderes del siglo XXI, sustentan sus vacías vidas sobre las “Nuevas Cruzadas”, que son: en nombre del “Progreso”, en nombre del “Planeta”, en nombre de los “Diferentes”, en nombre de “Grupos Minoritarios”, en nombre de especies “Animales”; en nombre… de cualquier cosa imaginable, porque cada vez surgen más “en nombre de”. Y así, los “Nuevos Cruzados”, sin cota de malla, ni caballo, ni espada (ya que no arriesgan nada); declaran guerras a diestro y siniestro a los que establecen como sus enemigos, que, con frecuencia, son todos los que no piensan como ellos o tienen la más leve discrepancia en alguna de sus metas. Vamos, el “Ordeno y mando” de toda la vida, pero encubierto detrás de la palabra “Democracia”.     Así, aquella realidad que hemos generado a lo largo de la historia conviviendo día a día, ahora es dictada e impuesta desde diversos individuos o colectivos a través de los escenarios con proyección social, que son utilizados como púlpitos donde

 

  Los perros ladran a las puertas de la noche. Qué noche aciaga de adioses y de olvidos, desde aquel día que una lluvia intensa arrastró cadenas de oxidado sino.   Fluyen los pájaros del viento obstinado que se cuela por los ventanales rotos; y en mi refugio de esperanzas vanas la última ilusión muere en mis ojos.   --------     ©Julio Mariñas Compositor y escritor  

  Tu mirada salvaje sonreía plena de intensidad y ensueño. Yo te llené de flores; Tú me diste palabras dulces de consuelo. Parecías decir Sí al decir No; y lo entendí y lo entiendo.   Nuestros caminos se cruzaron en momentos de penosa asincronía; y la otra noche regresó a mi mente tu recuerdo; ratificando una vez más que hay historias breves inconclusas más intensas que otras de cuerpos enfrentados.   Pudo haber sido. Han pasado más de treinta años. Te imagino lejana, en aquel tiempo en que te conocí; diosa de bronce y pelo ensortijado, saliendo de las aguas rotunda pero ausente.   Las caracolas del amanecer cantan sobre la juventud pasada que hoy regresa; y tú, como yo, serás ya cincuentona; si es que acaso existes o, sin avisarme, el tiempo te ha llevado hacia la nada. De cualquier modo, en el ahora, en este otoño incierto y tormentoso, al evocarte en mis callados sueños, siento que aún conservo en la memoria tus dulce

©Julio Mariñas Compositor y escritor

  Amor que con uñas afiladas persistes en asirte al precipicio en un intento vano de no caer   a las fauces del tiempo y del olvido.   Amor hecho de furia desmedida, con tintes de lascivia y desenfreno; hemos cruzado la senda prohibida navegando entre mares tempestuosos para acabar durmiendo la fatiga   en quietos arenales crepusculares.   Amor que desafiaste los sentidos en la soledad de habitaciones viejas. Reconozco que por ti todo entregue y que todo lo perdí por ti. Y hoy proclamo: “De nada me arrepiento”.   Amor; desde la adolescencia y juventud, y en esta madurez en que me hallo,   sigues latiendo como el primer día, porque eres el sentido de mi vida.   Amor que me has marcado con huellas imborrables cuerpo y alma;   en ti baño mi corazón curtido por horas de ternuras y   pasiones.   Amor, poesía de mis noches; tu eres mi único hogar y eres mi patria; y sigue en mí tu marca incandescente, resistiéndose al tiempo y

    Extrañas circunstancias me llevaron hasta allí. Después el mundo rugió y retumbó con esa sordidez característica que tiene él de hacerlo en ciertos períodos del tiempo y el espacio. Estaba en medio de un largo y oscuro pasillo, con más de medio siglo crepitando detrás de mí. Entonces, tuve la osadía de intentar volver sobre mis pasos; tal vez por una especie de curiosidad morbosa de ver mi pasado con los ojos del presente. Sólo encontré un leve fuego a punto de extinguirse, tierra quemada, pavesas en el aire turbio, rescoldos y cenizas. Me vi caminando vacilante por un pasillo sin paredes que lo delimitaran; interior de una casa de la que apenas quedaban en pie restos de algunos muros de las antiguas habitaciones. Tuve una extraña sensación al estar vagando por aquel corredor terroso que sólo conservaba trozos dispersos de antiguas baldosas, vestigios de un suelo hecho añicos. Y ese espacio de vivienda arruinada no era otra cosa que el interior de mí mismo. Qué puede hacer uno ante

  ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  Cincuenta años han pasado de mi niñez en el barrio del Calvario. Por caminos de tierra jugábamos las horas; buscábamos lugares solitarios donde las madreselvas abrazaban antiguas construcciones misteriosas.   La infancia era entonces un continuo ejercicio de libertad y sueños; cada día vivíamos aventuras  que poco a poco nos abrían las puertas de la existencia en su expresión más cierta, sin máscaras ni falsos paraísos.   Porque éramos nosotros los creadores de historias inauditas y encantadas, sin pautas que frenaran nuestras ansias que se iban internando lentamente dentro de los lugares donde habitan seres siniestros y también amables. Cincuenta años han pasado, y, los de los sesenta del siglo XX habitamos un tiempo ya lejano perdido entre las brumas del progreso; la última generación de caras sucias; de canicas, trompos, bichos y tebeos.   Hoy aquellos caminos yacen enterrados bajo el asfalto frío; las ruinas misteriosas ha

 

  ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  Desde mi exilio voluntario observo el horizonte desvaído. Los sueños de dispersan por las aguas. La bahía de Vigo está callada. Seguir vivo es continuar sintiendo la belleza de toda lo que rodea mi existencia.   ---------- ©Julio Mariñas Compositor y escritor

    Septiembre se aproxima sigiloso. Premonitorio de un nuevo otoño incierto. ------------ ©Julio Mariñas Compositor y escritor

La finitud de la vida  es la crueldad que le da sentido.   ----------   ©Julio Mariñas Compositor y escritor  

      El intento de imponer mediante leyes todas las normas de convivencia sin atender a las particularidades de cada individuo, va quitando al ser humano el derecho a su libertad individual.     Mientras, aquellos que tiene el suficiente dinero siguen actuando a su antojo, ya que puede permitirse pagar las sanciones impuestas por quebrantar las leyes establecidas o recurrir a sus influencias para sortear las posibles condenas.     Mientras, a los delincuentes comunes, dada su marginalidad y su insolvencia, les importan poco las leyes.     El ciudadano medio que, se supone, somos la mayoría, es la única víctima de las medidas tomadas por los diferentes gobiernos y las leyes dictadas por estos.     No sería necesario recurrir a tantas leyes, si no se hubiese abandonado hace mucho la Cultura y Educación. Ya que ellas son las que originan seres con un pensamiento propio y reflexivo, con una visión global de la humanidad, conscientes de sus diversos papeles en la sociedad y respetuosos con

  Una tenue luz reside aquí dentro; En un rincón oculto, por mí desconocido.   A veces, su leve luminosidad es mucho más fuerte que la más radiante de cualquier verano.   Una tenue luz; Donde habita lo más importante de todo lo vivido. ---------- ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  Hay viejos que se creen jóvenes, Hay necios que se creen sabios, Hay perdedores que se creen triunfadores, Hay oradores que se creen elocuentes, Hay una sociedad falsa que se tambalea borracha embriagada en su propia soberbia.   ---------- ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  Sólo la perspectiva del paso de tiempo puede darnos una visión global de lo vivido hasta el momento. ---------- ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  A veces me pesan los pies porque tengo la sensación de vivir en un pantano que oculta bajo su lodo la miseria infinita de un mundo hipócrita y artificial. ---------- ©Julio Mariñas Compositor y escritor

Hay noches que duermo, Momentos en los que soy feliz, Y pesadillas de las que despierto. ¿Qué más se le puede pedir a la vida? ---------- ©Julio Mariñas Compositor y escritor  

  Vivir temiendo la muerte es estar muerto en vida. ---------- ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  Huye el tiempo que pasa sentencioso, Huye el recuerdo de aquellos que se fueron, Huye el cálido sabor de besos jóvenes, Huye la primavera de la vida, Huye la belleza en la flor que se marchita, Huye la calidez de los cuerpos sentidos, Huye el verdor en los prados quemados, Huye el aroma de la trémula piel, Huye el esplendor de momentos únicos.   Todo huye; Nada permanece.   Todo huye hacia ninguna parte, en el caos que es el juego de la Vida y la Muerte.   ---------- ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  Un barco sin timón a la deriva, Un tren sin recorrido definido, Un camino siempre desconocido. La Vida. ---------- ©Julio Mariñas Compositor y escritor

  El ser humano, después de contaminar el planeta; sin dejar de hacerlo, tiene una nueva dedicación, que es contaminar su propio cerebro. ----------