EN NOMBRE DE... (LOS NUEVOS PROFETAS Y CRUZADOS)

 

   Muchas personas, grupos y líderes del siglo XXI, sustentan sus vacías vidas sobre las “Nuevas Cruzadas”, que son: en nombre del “Progreso”, en nombre del “Planeta”, en nombre de los “Diferentes”, en nombre de “Grupos Minoritarios”, en nombre de especies “Animales”; en nombre… de cualquier cosa imaginable, porque cada vez surgen más “en nombre de”. Y así, los “Nuevos Cruzados”, sin cota de malla, ni caballo, ni espada (ya que no arriesgan nada); declaran guerras a diestro y siniestro a los que establecen como sus enemigos, que, con frecuencia, son todos los que no piensan como ellos o tienen la más leve discrepancia en alguna de sus metas. Vamos, el “Ordeno y mando” de toda la vida, pero encubierto detrás de la palabra “Democracia”.

    Así, aquella realidad que hemos generado a lo largo de la historia conviviendo día a día, ahora es dictada e impuesta desde diversos individuos o colectivos a través de los escenarios con proyección social, que son utilizados como púlpitos donde impartir enseñanzas y moral a los pobres ciudadanos que, parece ser, somos todos (junto con nuestros antepasados) “ignorantes, incultos y estúpidos” y necesitamos que nos digan lo que tenemos que pensar, cómo tenemos que actuar y cómo tenemos que hablar y escribir; ejecutando sus discursos bajo el lema –ya antiguo- de “Todo es política”. De este modo, han dado la vuelta a las sociedades intentando construir las vidas de las gentes de arriba abajo (por el momento, lamentablemente, con éxito); desde los “Nuevos Profetas y Cruzados” hasta nosotros, “pobre ciudadanitos ignorantes”; erigiendo así una pirámide de espejismos llena de ambigüedades y mentiras, donde pensar por uno mismo se paga con el odio, la degradación social y el ostracismo. Es la anulación radical de “el Yo” disgregada en muchos “Nosotros”.

    Lo artificial y maligno no está en Internet, ni en ningún otro sitio. Lo artificial se impone desde todos los ámbitos, poniendo especial atención a niños y jóvenes, que son adoctrinados sobre cómo debe ser su comportamiento y su forma de comunicación.

    Han ido a la raíz para instaurar un nuevo modelo de sociedad de grupos tan diversificado, con tantas bifurcaciones y con tantos intereses económicos y políticos, que ni ellos mismos, aunque creen que sí, pueden ya controlar.

    Esta Torre de Babel del siglo XXI acabará, más tarde o más temprano, derrumbándose. Lo malo es que no sólo arrastrará a los que se han lucrado de un modo u otro en su construcción; sino que, en su caída, aplastará a más de una generación bajo sus piedras de absurdos, odios y necedades.

         La solución existe. Pero me temo que es irrealizable. Sería que los “Dadores de Verdad” sufriesen una catarsis repentina y se unieran todos para, con la misma fuerza que expanden y defienden sus proclamas sectoriales, gritar: ¡CULTURA!; con todo el amplio significado que esa palabra encierra.

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©Julio Mariñas

Compositor y escritor