AQUEL PEQUEÑO CUARTO
Aquel pequeño cuarto del viejo hostal tenía una ventana que miraba al mar; un mar carente de horizonte, como lo son todos en su nocturnidad. El silencio reinaba en nuestra madrugada; ese silencio espeso y persistente que asoma siempre después de las grandes batallas; cuando ya los amantes yacen serenos sobre el lecho repleto de vestigios invisibles que han quedado de todas esas lascivas, salvajes y transgresoras intenciones consumadas. Recuerdo la luz de la luna entrando ambiciosa por aquella ventana que miraba al mar, y posándose sobre nuestros cuerpos. Después, incomprensiblemente, amaneció. ---------- ©Julio Mariñas Compositor y escritor