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Mostrando entradas de abril, 2014

ENTRE LA LUZ Y LA SOMBRA DE LOS DÍAS - CAPÍTULO V - LAS HORAS QUIETAS

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    Tic, tac, tic, tac. El péndulo inflexible oscila protegido por la caja del reloj de pie. “Hace tiempo que debería haberme desecho de ese artefacto”. Piensa en la oscuridad del cuarto, aún vestido sobre la cama sin deshacer. La nocturnidad siempre ha sido cobijo de la reflexión. Una caverna dio a Platón muchas de las claves de su filosofía. ¿Es la oscuridad el hábitat natural del hombre pensante? Probablemente fue al abrigo de las cuevas donde el homo primitivo, alrededor del fuego, comenzó a hacer volar la imaginación y reflexionar sobre lo divino y lo humano. Manchas negras y ocres en perdidos rincones de olvidadas grutas; uros y otros animales plasmados por nuestros ancestros para exorcizar sus fantasmas, para propiciar la caza. Pensamiento en el futuro. Inicio de la conformación de un pensamiento dependiente del porvenir, tendente al olvido del presente, nostálgico del pasado. Siempre ha dormido muy poco. Sus pensamientos se debaten implacables entre la razón más pura y los se

ENTRE LA LUZ Y LA SOMBRA DE LOS DÍAS - CAPÍTULO IV - LOS CUIDADOS

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    -Estás empapado. Acabarás cogiendo una pulmonía.     El hombre esboza una media sonrisa apenas perceptible mientras mantiene la vista baja. La sobrina seca su cuerpo maduro, cuyos músculos parecen aún conservar el vestigio de los tiempos de esplendor, como si no se resignasen a morir del todo.     -Ni que fueses un anciano desvalido. Haces cosas que no acabo de entender.     El hombre alza la vista. Sus ojos verdes aún conservan cierto aire de picardía y el brillo de las cosas vividas. Piensa que es la intensidad de la existencia lo que ha forjado su prematuro envejecimiento. La profundidad de lo experimentado acaba con las energías de cualquier ser humano, por muy vigoroso que este sea.     -Gracias por los cuidados. Pero no son necesarios. ¿No tienes clase?     -¿Clase? Soy tu sobrina, cómo no voy a tener clase.     -No seas irónica.     -Ahora voy.     -Tus padres deben estar preocupados. Llevas aquí dos días.     -Ya les he dicho que estaba en tu casa. Pero

ENTRE LA LUZ Y SOMBRA DE LOS DÍAS - CAPITULO III - BEN WEBSTER

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      Camina las calles húmedas, densas en su sobriedad. Su paso, ralentizado por la pesadumbre de la evidencia, desacompasado, apenas sostiene su cuerpo encorvado. Busca el pequeño bar. Aquel donde solían pasar las veladas el grupo de amigos. Allí la vio por primera vez. Sonaba el saxo tenor de Ben Webster, aterciopelado, moribundo, profundo, envolvente, dulce, embriagador, candente, experimentado, solitario; el humo de los cigarros se entrelazaba y ascendía hacia el techo del pequeño local. Fuera, los gatos hurgaban en las basuras y algún mendigo tambaleaba su pena por los oscuros callejones del barrio antiguo. Y Webster era la melodía hecha pasión y desencanto. Pero entonces él era un joven apenas sin espejos; tan solo aquellos que hablaban de otros paraísos y sensaciones. Ella tomaba algo en la marmórea barra. Con un sutil movimiento de muñeca llevó el vaso a los delicados y perfilados labios para beber. Así la vio por primera vez, mientras el saxo tenor de Ben daba al aire melod

ENTRE LA LUZ Y SOMBRA DE LOS DÍAS - CAPITULO II - LO QUE DEJAMOS

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    -¿En qué piensas? –ella es morena, el pelo ondulado cae sobre sus hombros, sus ojos color almendra escrutan a su pareja.     -En lo que dejamos atrás –él es de complexión atlética, con el pelo ondulado cayendo por su espalda y los ojos verdes de mirada perdida.     -¿Te arrepientes?     -Sabes que no.     -Ahora hay un nuevo sueño.     -¿Cuántos sueños hay que sacrificar por él?     -Imagino que muchos.     Y la vida se oprime contra los cristales del cuarto de un viejo hotel en alguna pequeña ciudad.     Ella posa la mejilla en su hombro. Desde la ventana ven a los niños jugar en el pequeño patio, ausentes de su aventura.     -¿Tú crees que llegaremos lejos?     -Tanto como la intensidad de nuestros anhelos.     -Eres tan inteligente como bella. Si un día flaqueo, recuérdame estos instantes.     -No lo dudes; lo haré.     Y los jóvenes se aman sobre el lecho donde la noche ha vestido su fuego; de nuevo, con la misma intensidad. Hasta que, extenuados, qu

ENTRE LA LUZ Y LA SOMBRA DE LOS DÍAS - CAPITULO I - HAMBRE

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    Sobre las blancas sábanas hay un cuerpo desnudo; mujer que yace ausente después de haber amado. Aún la recuerdo así, con las sinuosas formas de juventud y sueños. Nadie osaba llamar entonces y profanar la magia de los días en que el tiempo suspendido de nuestras vidas jugaba al azar con los relojes sin dueño. Teníamos tanta hambre que la noche se abría como un negro fruto solitario y siempre amanecíamos ausentes del mundo y los demás. Así nos convertimos en lobos desterrados del vulgar fluir de la rutina, recorriendo los densos bosques donde habita todo aquello negado al raciocinio. Algunos de aquellos cuerpos hambrientos yacen en tumbas olvidadas, otros muchos se han ajado ante el cruel fluir de las horas marchitas, y sólo unos pocos siguen intentando mantener la dignidad ante el implacable fluir de primaveras. Miro hacia atrás y veo los fantasmas del pasado flotar sobre las brumas de los malecones donde, en más de una ocasión, soltamos las amarras que nos ataban a la tierra fir

ESPECTROS - I

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     Un espectro se mece en la noche callada en el rincón oscuro de vuestras habitaciones. Pende de un hilo imperceptible. Su calavera ríe en una mueca para la eternidad. Todos los cráneos tienen la risa congelada. Nadie puede arrebatársela ya. En su mutismo nos dicen, una y otra vez, observándonos desde el fondo de sus cuencas vacías: “Sois mortales”. FOTO DE JULIO MARIÑAS

EL ROMANTICISMO DE LOS SENTIMIENTOS (REFLEXIONES DE UN POETA EN LA SOMBRA - XXXII)

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    Preservar el romanticismo de los sentimientos profundos que han conformado el periplo vital es el mayor logro que puede alcanzar el ser humano, frente al inevitable aumento de la frialdad que las crudas vivencias nos van insuflando. Sólo así puede uno salvarse de no caer en la vorágine de una sociedad mecanizada hasta en los elementos más cercanos a los sentimientos. Conservar un rincón para cultivar esas sensaciones es lo único que nos puede permitir seguir soñando. La cruda realidad de la finitud de lo humano nos aboca sin remedio a un desasosiego latente que condiciona todas nuestras acciones y reflexiones. Así, unos buscan la liberación de la dramática evidencia de la muerte en la fe en una vida después de la decrepitud y extinción física, y otros la buscan en filosofías que relativizan la importancia del hecho luctuoso. La segunda lectura de estas posiciones muy respetables y lícitas, es que en la mayoría de los casos se radicalizan en sus pensamientos y se cierran sobre si

HOMO VANITAS - LA ESTRATEGIA DEL MIEDO Y LA INCERTIDUMBRE

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    Tened miedo a quedaros sin trabajo, tened miedo a quedaros sin casa, tened miedo a quedaros sin sanidad, tened miedo a la identidad cultural que provoca ruptura o a la fusión de culturas que provoca falta de identidad; tened miedo porque, mientras vosotros tenéis miedo, nosotros, los unos, los otros y los de más allá, nos seguimos alimentando de vuestro miedo y viviendo a costa de vuestros temores e inseguridades.     Los dirigentes de uno y otro signo, dominamos los medios de comunicación y nuestra imagen y palabras copan las principales cadenas y los principales horarios. ¡Que se pudran los artistas; como son los escritores, compositores, pintores y demás creadores! Esos que hacían sentir y reflexionar a la gente sobre la esencia de lo humano. Ya hemos conseguido relegarlos para que los pueblos  piensen cada vez menos en el arte y en los sentimientos. Aquí todo el mundo a pensar en política y en nosotros; los unos, los otros y los demás allá; que somos los nuevos dioses de u