ESPECTROS - I
Un espectro se mece en la noche callada en el rincón oscuro de vuestras
habitaciones. Pende de un hilo imperceptible. Su calavera ríe en una mueca para
la eternidad. Todos los cráneos tienen la risa congelada. Nadie puede
arrebatársela ya. En su mutismo nos dicen, una y otra vez, observándonos desde
el fondo de sus cuencas vacías: “Sois mortales”.
FOTO DE JULIO MARIÑAS |
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