CONVERSACIONES CON SENIA (II)
-Te observo bajo
la luz tenue de las farolas, y me parece estar viendo en ti, Senia, otros
rostros de hace…
-¡No lo digas, Julio! El tiempo es un mero
espejismo que ha inventado alguien que prefería verlo pasar a vivirlo con
intensidad.
-Es posible que tengas razón.
-Mira, Julio. Es de noche. Aquí, a la orilla
del río, cuyas aguas no podemos apenas ver, el tiempo yace suspendido en el
arrullo de su continuo fluir.
-Si no existiera alguien como tú, Senia,
tendrían que inventarte los poetas.
-La
poesía yace ahogada en un mar de cifras y discursos enmarañados.
-Nunca fueron buenos tiempos para la lírica.
¡Ah, mujer, mujer! Pequeña joya, espejismo sin dueño.
-La vida, Julio, se divide en dos tipos de
personas. Aquellas que miran su ombligo, y aquellas que miran más allá del
horizonte.
-Nos han privado cada vez más de mirar más
allá del horizonte, Senia.
-Si. Pero yo aún veo en tu mirada esa
búsqueda.
-Se han cansado de proclamar una y otra vez
“¡Cuidado con sus ombligos! ¡No los pierdan de vista!
-¡Ja, ja, ja!
-Estás preciosa cuando te ríes.
-Si, porque, en el fondo, ¿qué puede haber
en un ombligo? Un poco de pelusilla…
-Ya, Senia. Pero ellos han sacado sus garras
y han arañado el alma de sus semejantes, mientras la gente estaba absorta en
preocuparse por su ombligo.
-Dime una cosa, Julio. ¿Qué ves cuando
miras a tu alrededor?
-Te veo a ti, Senia. Ya sólo quiero verte a
ti. Porque si aparto mi vista de tus bellas formas, será sólo para mirar más
allá del horizonte; pero nunca a mí alrededor. Porque sólo veo cadenas. Unas
invisibles cadenas que torturan con silente crueldad a los más indefensos, a
los que no tienen el bastón que dicta, sentencia y proclama.
-Parece que la noche ha quedado tranquila.
-Tienes los ojos llenos de la vida que soñé.
-Gracias, Julio.
-Volverás siempre aquí, a la orilla del río,
para hablar conmigo.
-Todo tiene un final.
-Tienes razón, Senia. Todo tiene un final.
-Espero poder regresar siempre a este
rincón.
-Serás un consuelo para un escritor y
músico que arrastra muchos pentagramas rasgados por los días, muchas frases
vertidas en el vacío del tiempo acabado.
-Felices sueños.
Y besa mis labios. Después se pierde en la
noche. Nunca sé hasta cuando.
FOTO DE JULIO MARIÑAS |
Hoy he descubierto tu blog. Soy escultora gallega y vivo entrre mi aldea en galicia y Bilbao. Me gustan tus conversaciones con Senia. Seguiré leyéndote . Si quieres mirar mi blog...http://elrincondemariflores.blogspot.com.es/Un abrazo Flor Fernández
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Flor. Miraré tu blog. Un abrazo.
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