EL CAMINANTE EN LA CASA ABANDONADA - VIII – AMANTES LEJANOS
En la casa abandonada hay una ventana. A ella se asomó una joven de pelo negro azabache y ojos almendrados, ilusionada porque su prometido, después de una larga ausencia, regresaba subiendo por el camino montado en su caballo blanco de crines sedosas. La joven pelaba patatas en el momento que oyó relinchar a la montura, y rauda se dirigió a la ventana con un nerviosismo tal que clavó inconscientemente el cuchillo en la madera.
Hoy, pasados doscientos años, cuando ya nada queda de los jóvenes amantes, aún es posible apreciar la marca de la hendidura provocada por la punta del cuchillo en la ventana.
Foto ©Julio Mariñas
Compositor y escritor
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