SÓLO UN HOMBRE SOLO JUNTO AL MAR
Rotas las puertas, quebrados los cristales;
¿qué queda de aquella luz de infancia?
Recorrí una vez más el camino hacia tu casa;
pero de nuestra juventud no encontré huellas.
La madurez se inclina lentamente
hacia el umbral de una vejez que acecha.
Los dioses se han dormido en mi ventana,
y ya no oigo las voces deseadas
de aquellos años pasados tan de prisa.
©Julio Mariñas
Compositor y escritor
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