EL TIEMPO
Las sombras de
las ramas arbóreas se entrelazan en el suelo, como en un intento vano de
atrapar las huellas de aquellos que lo han pisado. El anciano cargando todo su
tiempo sobre el recio bastón, los enamorados que parecen flotar en su paseo,
los niños que han correteado alborotados y sueñan con estrellas que los adultos
ya no alcanzamos a vislumbrar, mientras el tiovivo gira. Estatuas de hombres
que han hecho historia custodian silenciosas los rincones. Existe tanta vida en
las cosas que creemos muertas. Sólo la pervivencia de lo intangible habla a los
seres humanos del tiempo que han mecido en sus manos sin ser conscientes de ello.
FOTO DE JULIO MARIÑAS BURGOS |
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